Cuando queremos dar de alta una vivienda como turística ante la administración pública, uno de los certificados que debemos presentar es la conocida cédula de habitabilidad. Este certificado es fundamental para demostrar que el inmueble es habitable.
En este artículo, dejaremos claro qué es la cédula de habitabilidad, los requisitos para poder obtenerla, así como su tramitación.
Índice
La cédula de habitabilidad es un documento oficial que certifica ante las administraciones públicas que un inmueble cumple con los requisitos mínimos para poder ser habitado. Estos requisitos están relacionados con salubridad, seguridad, solidez estructural, ventilación, suministro de agua, electricidad, y otros servicios básicos.
Los requisitos exigidos dependerán de la comunidad autónoma en la que se encuentre el inmueble, así como del año de construcción del mismo, aunque, también, existen criterios comunes a evaluar en todo inmueble: como la superficie útil mínima; la superficie de las diferentes estancias; la altura libre; los huecos y las dotaciones mínimas.
En términos generales, la cédula de habitabilidad garantiza que una vivienda reúne las condiciones adecuadas para que una persona pueda vivir en ella de manera digna y segura.
Un arquitecto, aparejador o ingeniero de edificación es la persona que se encarga de hacer la inspección de la vivienda y es el que verifica que cumple con los requisitos legales. Estos profesionales deben estar colegiados en sus respectivos colegios profesionales, lo que garantiza que cuentan con la habilitación legal y las competencias técnicas para realizar la inspección y expedir el certificado correspondiente.
Si todo está en orden, el técnico emite un informe y se tramita la cédula ante el organismo correspondiente.
En la cédula de habitabilidad, deberían aparecer los siguientes datos:
En el caso de que no se detallen los datos puntualizados, el documento podría ser inválido.
La vigencia de los certificados que se están tramitando actualmente, dependen de la comunidad autónoma, aunque generalmente suele ser de 25 años.
Dependiendo de la fecha de otorgamiento de la cédula de habitabilidad, la vigencia cambiará, de modo que las cédulas otorgadas antes de 2004, tenían una vigencia de 10 años, las otorgadas entre 2004 y 2012, la vigencia era de 15 años y las otorgadas desde 2012 hacia adelante, su vigencia es de 25 años.
El tiempo de vigencia de las cédulas de habitabilidad se ha incrementado desde 2012, porque se exigen mayores garantías en la edificación, por lo que es lógico que el tiempo de vigencia sea mayor que en construcciones antiguas.
Para poder obtener un duplicado de la cédula de habitabilidad por deterioro o extravío, el propietario, el arrendatario u otra persona a la cual el propietario le haya concedido un poder debe solicitar el duplicado al departamento de vivienda que corresponda en la comunidad autónoma en la que se encuentre el inmueble.
Si eres el propietario del inmueble, necesitarás las escrituras de compraventa del inmueble y el DNI con fecha de validez vigente.
Si eres el arrendatario, debes presentar el contrato de alquiler, los tres últimos pagos de suministro de agua o luz, así como el DNI.
Si eres una persona autorizada, debes llevar las escrituras de compraventa del inmueble, la autorización representativa legal otorgada por el propietario, además de presentar su DNI.
En el caso de que la cédula de habitabilidad ya no esté vigente, se debe iniciar el procedimiento para solicitar una nueva.
Este proceso se puede hacer de forma online, solo necesitarás el acceso a tu entidad bancaria para poder hacer el pago. Te recomendamos hacer el proceso de forma presencial mediante cita previa.
El precio del certificado de cédula de habitabilidad puede variar dependiendo de la ubicación, el tamaño de la vivienda y el técnico que realice el informe.
El precio dependerá de dos componentes principales:
El precio completo de obtener la cédula de habitabilidad suele estar entre 85 y 200 euros, aunque puede variar ligeramente dependiendo de la región y las características de la vivienda. Es recomendable solicitar presupuestos a varios técnicos y consultar las tasas locales para obtener una estimación precisa en cada caso.
En función de la situación del inmueble, existen diferentes tipos de cédulas de habitabilidad:
No contar con la cédula de habitabilidad puede tener consecuencias legales y prácticas graves que afectan tanto a los propietarios como a los inquilinos:
Algunas normativas locales o autonómicas prevén sanciones económicas para los propietarios de viviendas que no dispongan de la cédula de habitabilidad cuando es obligatoria. Estas multas pueden variar en función de la normativa de cada región, las más graves pueden llegar a los 90.000€.
En muchas localidades, las compañías de servicios como agua, electricidad o gas exigen la cédula de habitabilidad para dar de alta los suministros. Si no se cuenta con ella, puede ser complicado conectar la vivienda a los servicios básicos, lo que hace inviable su uso como residencia.
La cédula de habitabilidad es también un requisito para alquilar una vivienda de manera legal en la mayoría de las regiones. Si el propietario no tiene este documento, el contrato de arrendamiento podría ser considerado nulo, lo que puede derivar en problemas legales para ambas partes, especialmente en el caso de que haya disputas sobre el estado o la habitabilidad del inmueble.
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